La mayoría de los quesos y vinos casan bien.
Antes de empezar, debemos tener en cuenta la gran variedad de quesos y sabores que existen: salados, rancios, suaves, fuertes, con toques picantes, etc.
A continuación os presentamos algunas sugerencias para disfrutar aún más del placer de combinar quesos y vinos:
Vinos blancos: Brie, Camembert, Chevres, Gruyere, Edam.
Queso duro y de sabor fuerte. Vinos con cuerpo y personalidad.
Queso blando y suave. Vinos frescos, jóvenes y rápidos
Queso de cabra, roquefort y quesos azules. Se acompañan muy bien con Moscato
Provolone y Fontina: Cabernet Sauvignon, Malbec
Emmental. Vino tinto robusto, Chardonnay.
Cheddar. Sauvignon Blanc, o un vino dulce de cosecha tardía.
Parmesano. Chardonnay de buena intensidad o Cabernet Sauvignon.